Ayer,
mi mamá estaba hablando con mi hermana
sobre su graduación y me dijo lo más bonito que me ha dicho en la vida.
Me
dijo que todo lo que yo era, era por culpa de ella.
Que ella me crió para que yo fuera libre. Que
toda la ira que tenia hacía ellos por el divorcio, ella decidió que la iba a
enfocar en que yo dijera las cosas como las pensara por más pendejas que
fueran. Que si yo podía decirle a ella en ese momento que su opinión era “una
pendejada” es porque ella me crió para que lo hiciera.
Me
dijo que si me decía que era una culera
y egoísta era porque lo era pero porque ella así lo quiso. Me dijo que
si cuando la gente me decía algo negativo y yo no lo tomaba en serio era debido
a que ella me había criado para que la única opinión importante fuera la mía. Ni
la suya, ni la de mi papá, ni la de mi hermana.
La
mía.
Siempre
pensé que mi mamá había hecho lo que había podido conmigo. Que ella usó los
recursos que tenía para poder criarme “decentemente”. En ese momento me di
cuenta que mi mamá fue más allá de una educación “decente” a una educación
consciente, a una que me forjó y me ha mantenido viva hasta el momento.
Me
contó historias de mi niñez que yo no me acordaba. Me contó cómo se peleó con
mis maestras cientos de veces. Con la de primero de primaria porque me gritaba
y me hacía sentir mal y mi mamá fue a
decirle que “Si ella no me levantaba la voz y menos una maestra”. Con la
segundo de primaria porque se atrevió a jalarme las orejas una vez y “Cómo
chingados se atreve a tocar a los niños, que no mame.”
Con
la de tercero de primaria porque nos ponía a barrer al final de la clase a las
niñas porque eso era parte de la educación de una señorita y “Como se atreve a
decirle a mi hija que una mujer solo de debe dedicar a trapear y a barrer”. Con
la de quinto de primaria porque “como se atreve a decirles a los demás niños
que vas al psicólogo con un tono tan feo, como si fuera algo malo”.
Con
la maestra de segundo de secundaria que me quería hacer que le pidiera una
disculpa en público a una niña por algo que hice y cuando me negué me llamo
loca. “Cómo chingados iba a permitir que llamaran loca a mi hija y tratar de
humillarla. Claro que iba a ir a la junta de calificaciones a exigirle la
disculpa enfrente de los demás padres de familia, como ella a ti. “
Eso
son solo las mías. No contemos las de mi hermana que son más.
Eso
fue cuando me di cuenta que mi mamá NUNCA me educó al chingazo. En perra, se
tomó el tiempo de trabajar, de estar al tanto de nosotros y de aparte, irla a
hacerla de pedo a cualquier institución educativa sin miedo alguno porque ella
no iba a permitir que a su hija le enseñara a pensar de la manera en la que
ELLOS quisieran.
Mi
mamá me crió para ser libre incluso de ella y eso me hace un nudo enorme en la
garganta porque nunca lo noté. Nunca lo agradecí. Nunca lo pensé hasta que ella
me lo dijo como si fuera lo más obvio del mundo.
Y
viendo en retrospectiva, todo lo que me dijo y todo lo que yo recuerdo, todo lo
que soy es gracias a ella pero todo lo que llegare a ser será gracias a mi.
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