Me miraba casi con ojos ingenuos, como no queriendo demostrar esperanza alguna a oír mis palabras. Como no queriendo desilusionarse si no llegaba a oírlo de mis labios.
Y los demás también lo hacían. Casi me miraban con ojos suplicantes, rogando con la mirada que alguien lo hiciera. Que alguien alzara la voz e hiciera público lo que el pueblo pensaba. Casi como si necesitaran de un líder que los representara en esa pequeña pero significante batalla.
Y todo parecía que esa era yo. Todos los ojos parecían estar enfocados en mí. La miradas caían en mí. De un momento a otro todos los ojos, apoyos, alma incluso estaban en que yo alzara la voz. En que yo fuera ese líder para ellos.
Y por un momento me sentí honrada. Honrada de que pensaran en mí para llevar a cabo esa misión. Así que dirigí mis ojos a él, inhale y mejore mi postura como quien no quiere la cosa y exhale las palabras que todos esperaban oír:
- Eres un pendejo, Adrian.
Y sonreí.
3 comentarios:
hahahaha
buenisimo :D
el apoyo de todos ;-)
es un pendejo adrian!
jajaja. Muy bueno, me gustó..
Entre en tension mientras esperaba a saber que ibas a decir -
casi me lo salto todo y leia el final -
pero aguante y solo por eso sonrei yo tambien
Saludos!
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