8/9/09

...

Él necesitaba oírlo. No solo de mi, si no de cualquiera que estuviera dispuesto a hacerlo. Pero creo que esperaba que fuera yo la que se lo dijera.

Me miraba casi con ojos ingenuos, como no queriendo demostrar esperanza alguna a oír mis palabras. Como no queriendo desilusionarse si no llegaba a oírlo de mis labios.

Y los demás también lo hacían. Casi me miraban con ojos suplicantes, rogando con la mirada que alguien lo hiciera. Que alguien alzara la voz e hiciera público lo que el pueblo pensaba. Casi como si necesitaran de un líder que los representara en esa pequeña pero significante batalla.

Y todo parecía que esa era yo. Todos los ojos parecían estar enfocados en mí. La miradas caían en mí. De un momento a otro todos los ojos, apoyos, alma incluso estaban en que yo alzara la voz. En que yo fuera ese líder para ellos.

Y por un momento me sentí honrada. Honrada de que pensaran en mí para llevar a cabo esa misión. Así que dirigí mis ojos a él, inhale y mejore mi postura como quien no quiere la cosa y exhale las palabras que todos esperaban oír:




- Eres un pendejo, Adrian.



Y sonreí.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hahahaha
buenisimo :D
el apoyo de todos ;-)

es un pendejo adrian!

gato_arrabalero dijo...

jajaja. Muy bueno, me gustó..

Lamia dijo...

Entre en tension mientras esperaba a saber que ibas a decir -
casi me lo salto todo y leia el final -
pero aguante y solo por eso sonrei yo tambien

Saludos!