14/10/10

Ayer lo volví a ver. Fue emocionante, liberador y excitante hasta el punto que si aún lo recuerdo no puedo evitar sonreír.

Me tomó desprevenida. Estaba en el cine con una amiga disfrutando una película al azar y hablando en voz alta en la sala callada cuando apareció.

Seguía igual de galante como lo recuerdo. Aún conservaba esa elegancia al caminar, la sonrisa cálida y los ojos vivaces y llenos de aventura.

Incluso de lejos se notaba la camaradería con quienes lo rodeaban, haciendo que todos sintieran esa calidez que lo caracteriza.

Pasé toda la película mirándolo. Él hacia algún movimiento y yo no quitaba mis ojos de él. Era refrescante verlo sonreír de nuevo, verlo igual de vivaz, de chingón, de vivo…tan él.

Volver a verlo fue tan emocionante, que siento como si hubiéramos sido los mejores amigos durante toda la vida, cuando solo lo conocí un par de veces.

Pero así era él y de seguro así es donde quiera que esté.

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